Tatuajes y piercings ¿moda, símbolo o síntoma?
Estamos en una cultura donde la imagen gobierna. El cuerpo se produce, se trabaja, se transforma, se modifica, borrando incluso las marcas del paso del tiempo.
Estamos en una cultura donde la imagen gobierna. El cuerpo se produce, se trabaja, se transforma, se modifica, borrando incluso las marcas del paso del tiempo.
Frente a esta realidad, nos sorprenden como gran enigma las modificaciones corporales como los tatuajes y los piercings, que parecen querer decirnos algo a ser descifrado.
Evidentemente, estamos en una cultura donde la imagen gobierna. Ser o parecer joven se ha convertido en el ideal. El cuerpo se produce, se trabaja, se transforma, se modifica, borrando incluso las marcas del paso del tiempo, “camuflándose edades” que no permiten diferenciar entre generaciones.
Los tatuajes hacen presencia entonces como un papiro en el cuerpo, pues junto con esa necesidad de exhibir un cuerpo joven, expresan algo que “aún no se ha podido simbolizar”.
SIGNIFICADO DE LOS TATUAJES
Para el joven un tatuaje implica valentía, resistir el dolor. Pareciera ser expresión de un hito doloroso de su vida, como la pérdida de un ser querido, de una relación amorosa, el recuerdo de viejos amores infantiles y nuevos, frustración vocacional, etc.
Es una manera de captar la mirada y la atención del otro, e incluso de buscar “permanencia”. Sin embargo, en algunos casos se busca todo lo contrario, optando por cubrir un tatuaje con otro o por removerlo con cirugía láser.
En algunos casos los tatuajes son símbolo de discriminación (por ejemplo durante el nazismo), pertenencia (para los marineros), recordatorio (como una marca para quienes infringen la ley), protección mágica, incluso son utilizados como ritual de iniciación.
Esta imagen como símbolo en la piel, estaría expresando algo del mundo interno del joven, que muchas veces nos hace preguntarnos si como espejo no revelan ellos parte del culto que como adultos estamos brindando al cuerpo y al exterior.
PIERCINGS O PERFORACIONES
En los 90’s, se incluye junto a los tatuaje la práctica del piercing, la cual consiste en perforar la piel en diferente zonas del cuerpo como lengua, nariz, ombligo, etc… y seguidamente introducir pendientes o piezas de metal.
Es en la adolescencia donde la fuerza de lo impulsividad da lugar a múltiples actuaciones como hacerse un piercing o un tatuaje. Con esta palabra nos referimos al hecho de “hacer impulsivamente, sin pensar”.
Marcas en la piel, ornamentos y correcciones en el cuerpo, evocan ciertas épocas lejanas. ¿Acaso hoy la comunicación con palabras nos está faltando y hace que cambiar la imagen despierte la mirada del otro?
ES IMPORTANTE ENTONCES…
Escrito por: Ps. María Sol Doria – UCM